LAS LLAVES DEL PERIÓDICO.
1. Bibliografía.
1. Bibliografía.
CORREA S, Carlos Mario y Mejía T., Marco Antonio. Las llaves del periódico
Medellín: Fondo Editorial Universidad Eafit, 2008.139p.
2. Sinopsis.
Las llaves del periódico es un libro que recoge parte de la historia de uno de los periódicos más representativos del país: El Espectador. El libro recopila las vivencias de uno de sus autores durante el período comprendido entre la década del ochenta y del noventa, cuando se desempeñó como periodista del mencionado rotativo.
La historia se centra en el relato de la persecución que contra el periódico El Espectador desencadenó el Cartel de Medellín, encabezado por Pablo Escobar, y muestra la manera la como se desarrollo la represión del narcotráfico y sus diferentes métodos violentos de instigación hacia un medio de comunicación en una época en la que la violencia dejaba cerca de 30 mil víctimas al año y en donde periodistas, políticos y fuerza pública tenían precio por su cabeza.
No es que estamos muy alejados de la realidad vivida en aquellos tiempos, aunque las cosas sí han cambiado de manera ostensible. Sin embargo, en el libro se realiza una radiografía clara de la violencia del narcotráfico entre la década del ochenta y principios del noventa, violencia que no solamente tenía origen en el negocio de la cocaína, si no que a la vez tenía serias repercusiones respecto a temas como la violencia guerrillera, el nacimiento paramilitar, el terrorismo de Estado, el sicariato, la delincuencia común y la descomposición social en general.
El libro está dividido en seis apartes y un pequeño epilogo; a lo largo del texto se recogen algunos datos autobiográficos; se parte de un hacho especifico y es el día en el que el protagonismo de la historia es amenazado por un par de sicarios, quienes lo tiran al piso y con un pie en su rostro le dicen que lo van a asesinar por pertenecer al periódico El Espectador. A partir de este acontecimiento el autor hace un completo relato de los diferentes hechos que correspondieron a la persecución que el Cartel de Medellín estaba realizando sobre este medio.
Se destaca, a su vez, el atentado terrorista a la sede del periódico en Bogotá y posteriormente en Medellín. También se hace un recuento sobre el asesinato de los periodistas Martha Luz López y Miguel Arturo Soler; se hace además un repaso de la masacre en la década del ochenta en Segovia (Antioquia) y se transcriben los diferentes panfletos y amenazas que circulaban por aquel entonces en Medellín contra El Espectador.
Sin embargo, un hecho es relevante en toda esta historia y es el asesinato de Guillermo Cano Isaza, que en aquel entonces era el director de El Espectador y contra quien se dirigían, en ultimas, todas las amenazas del Cartel de Medellín encabezado por Pablo Escobar.
En general, podemos decir que el libro en si se refiere a la manera como el periodismo, en especial la prensa escrita, tenía que actuar durante la época del Cartel de Medellín, época en la cual se llego, incluso, a sacar de circulación al periódico el Espectador, buscando con ello acallar las voces de quienes estaban a favor de la extradición, pero más aun de quienes querían expresar con la verdad una situación que era innegable para el mundo.
3. Estilo de narración
Los autores del libro se valen de la crónica para los diferentes acontecimientos, así como también sus vivencias frente a los sucesos que rodearon la persecución del cartel de Medellín contra el periódico El Espectador. En “Las llaves del periódico” se utiliza un lenguaje sencillo, directo y muy personal que admite un léxico literario con un uso reiterativo de adjetivos de adjetivos para haces énfasis en las descripciones, especialmente, las que tienen que ver con las vivencias personales. El libro se vale de verbos de acción y presenta referencias de espacio y tiempo específicas para poder describir los diferentes sucesos. Aunque se hace poco uso del dialogo, este solo se emplea para dar fortaleza a determinadas descripciones.
El autor se vale de la descripción de pequeños detalles que logran captar la atención del lector. Por ejemplo, cuando se refería a la época en la cual iban al estadio a ver jugar a Nacional y a Medellín, se describe cómo los periodistas de El Espectador tenía que entrar con el resto de la gente, casi de incógnitas, ya que supuestamente, gente rara preguntaba si ya habían entrado los de este periódico.
También, en la narración del encuentro con el par de sicarios que casi lo asesinan, se logra transmitir el mismo miedo que sintió el personaje al tener un arma en su cabeza. El lector, pues, puede asimilar esa constante persecución de un Pablo Escobar y de un Cartel de Medellín que en realidad hizo mella en la historia de Antioquia, de Colombia y de El Espectador.
Aunque el género de la crónica demanda una estructura cronológica determinada, en el libro dicha estructura no es del todo lineal, pues si bien no hay un principio ni un final determinado (aunque podríamos decir que la amenaza al periodista es el inicio y la “muerte” del periódico es el final), constantemente se pasa de un tiempo a otro y de un acontecimiento a otro, como por ejemplo, el asesinato del director de El Espectador, la masacre de Segovia, la oficina en el edificio del centro de Medellín y el intento de asesinato del par de sicarios.
4. Descripciones
Aunque la crónica se presenta para que se hagan descripciones claras y precisas sobre las características físicas y comportamentales de los personajes, los autores de libro no centran su atención en ello; sólo en algunos apartes de este, el lector se puede percatar de esto.
Por ejemplo, cuando el sicario se paró encima del periodista apuntándole con un arma y esperando una respuesta que definiría su suerte, no se hace alusión a la vestimenta o a la actitud del sicario; sin embargo, se resalta un hecho y es “el olor del tenis nuevo que le aplasta la nariz”; aunque el tema central en el relato de este suceso podría ser el intento de asesinato por parte de unos sicarios, en ese preciso momento al periodista sólo le pasa por la cabeza pensar en el tenis de quien lo amenaza: “una talla demasiado grande para un pie tan mediano, debió comprarlos porque le gustaban, a lo mejor en ese estilo no habían de su talla”.
También cobran relevancia los panfletos y notas constantes con amenazas que el Cartel de Medellín profería en contra de determinados personajes, de la gente del común, pero en especial del periódico El Espectador. Por ello, los autores se valen de notas de prensa para soportar como medio de evidencia las situaciones que describen y el infortunio que había caído sobre el periódico.
Otro ejemplo lo encontramos cuando se describe el día en que mataron al periodista Julio Daniel Chaparro Hurtado y al fotógrafo Jorge Enrique Torres Navas, ambos enviados por el periódico El Espectador al municipio de Segovia. Cuando el autor que “fue triste y desolador verlos ahí con la ropa ensangrentada, baleados, tirados como perros”. A pesar de esa imagen que observa el protagonismo de la historia, no se hace énfasis en ninguna descripción amarillista de los hechos y ello se debe, tal vez, porque tal y como lo narra el autor, desde muy niño le han causado gran impacto los cadáveres y eso es algo que se ve reflejado en toco el libro.
5. Investigación para le escritura
Los autores del libro Las llaves del periódico, para escribirlo, se basaron en tres tipos de fuentes.
En primer lugar, esta la experiencia propia, en especial la del periodista Carlos Mario Correa quien vivenció la persecución de los carteles del narcotráfico contra la prensa escrita en Colombia entre la década del ochenta y el noventa, a lo que hay que sumar la experiencia de Marco Antonio Mejía quien ayuda a relatar las historias de persecución que Pablo Escobar desató sobre el periódico.
La segunda fuente de donde se toman elementos para escribir el libro son los artículos de prensa, no sólo de El Espectador, sino también de otros medios como El Colombiano, El Tiempo y El mundo, además de periódicos internacionales y de otros medios de comunicación e información televisión y radiales.
Y una tercera fuente, de donde se presume se extrajo información para el libro, proviene de terceros: familiares de los periodistas, amigos, conocidos, allegados y espontáneos.
Sin embargo, hay que establecer que para la escritura de estos textos la principal fuente de información la proporcionarlos autores mismos, quienes en carne propia vivieron los efectos de este conflicto de intereses en el que los más afectados fueron, precisamente, los medios de comunicación y en especial la población civil.